En la intimidad, donde no puedo hablar más que la verdad”
Cuando nadie me ve, quedo a solas con mis pensamientos.
Van y vienen.
Unos se quedan y otros desaparecen como si no hubiesen existido nunca.
Cuando nadie me ve, hablo a solas de la verdad.
De mi verdad.
De todo aquello que es absurdo esconder.
De todo aquello que da empuje a mi día a día.
Cuando nadie me ve, buceo en mi mente para adivinar donde se esconde la razón de lo que aparentemente no tiene sentido alguno.
Lo encuentro y comprendo el resto.
Cuando nadie me ve, ordeno los cajones de mis ideas, para poder traducirlas en frases con sentido.
Con mi sentido.
Con la vibración de lo que quiero que ocurra.
Cuando nadie me ve, sonrío al indagar en las causas que han hecho que mi vida sea como sea.
También lloro.
Pero sobretodo aprendo.
Eso hago cuando nadie me ve. Cuando en la soledad de mi tiempo me concedo el derecho de sentir que todo lo que es, es así porque así he decidido que sea.
Y tú, ¿qué haces cuando nadie te ve?
Ángela Victoria Correa Puche
Mediadora de conflictos entre personas
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